Esta frase llegó a mis ojos a través de una pantalla luminosa "viviente" y representa en gran parte todo lo que Jenny Holzer me transmitió ayer.
Los temas que toca Holzer entran de lleno en temas tabúes en las sociedades occidentales como son el sexo, la violencia, el amor, la guerra y la muerte. Sus frases han evolucionado desde una voz anónima hacia un contenido absolutamente personal, de autor reconocido, que critica con enorme dureza las ideas preconcebidas que se manejan en un entorno acrítico, lanzando llamadas casi desesperadas, sinceras y sobrecogedoras a una adormecida conciencia social necesitada de mazazos de estas características para salir del letargo.
Sus palabras me llegaron como verdades sencillas y cotidianas, capturadas en una frase chocante. Todo lo basa en palabras. Eso es lo magnifico y lo distinto para mi, ya a que los artistas como Nan Goldín (a quien admiro profundamente) o Larry Clarck los conocía desde antes por ser personas iconos que dejaron su huella en la historia de la fotografía. Pero Jenny Holzer apareció ayer en el Malba con La brevedad de sus mensajes cortos de significados profundos. Pude comprender que la intención de ella no es la de poner de manifiesto una idea concreta, sino que plantea una suerte de interrogatorio que me obligó a pararme, ver, comprender y reflexionar. No podía dejar de leer, me había atrapado esa pantalla electrónica en continuo movimiento. Llegué a casa y me puse a investigar sobre su vida y su obra, y descubrí una "Banksy literaria norteamericana" ya que en la propia calle, Holzer utiliza edificios y otros elementos urbanos (bancos, fuentes, espacios publicitarios…), para proyectar sus mensajes, para lanzarnos una carga de profundidad directa a nuestro intelecto y a nuestra conciencia. La artista utiliza el soporte digital para dejar sus mensajes, como los carteles electrónicos en los ascensores: http://www.youtube.com/watch?v=8GbYRaVyl9M&feature=player_embedded#!
Realmente una de las mejores cosas que descubrí en el museo ayer. Me alegro de haber ido.